GENERAL FLOR CROMBET: ¡PRESENTE!
Al conmemorarse el 10 de abril de 2020 el 125 aniversario de la caída en combate del General del Ejército Libertador Cubano Flor Crombet se ofrece el presente artículo de divulgación para lectores dominicanos como modesta ofrenda de reconocimiento y admiración a la vida y obra de uno de los más decididos y valientes jefes militares del proceso de independencia de la hermana isla de Cuba.
Huellas de origen
El 17 de septiembre de 1851 (aunque también se menciona el 22 de noviembre de 1850) nació en el Cobre de Santiago de Cuba el niño Francisco Adolfo Crombet Tejera, hijo de una esclava de dotación de nombre María del Rosario y de Francisco Crombet, dueño blanco del cafetal La Ninfa en el Brazo del Cauto, según consta en su testamento del 20 de octubre de 1852, quien procedió a reconocerle, junto a otro niño, como hijos naturales, designándoles como sus herederos universales.
A la edad de dos años quedó huérfano de padre y madre, pasando a la tutela de su tío Manuel Crombet, quien le reconoció como su hijo legal, poniéndole el nombre de Francisco Adolfo y Fedón, teniendo por madre a su esposa Isabel Ballon.
Temprana lealtad
Con apenas 17 años y convencido de su decisión de prestar juramento de lealtad ante el brigadier Ángel Bárzaga, iniciándose con el rango de soldado raso, el joven Flor (1851-1895) se incorporó a las filas de las fuerzas mambisas el 20 de noviembre de 1868, un mes y diez días después de haberse producido el alzamiento de la Demajagua por Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria cubana.
Ya en 1872 Carlos Manuel de Céspedes tenía conocimiento de la existencia patriótica del joven Flor Crombet: “Francesito criollo de unos 22 años, alto, delgado, muy elegantito y simpático: promete ser uno de nuestros mejores jefes…”.
Diez años después el Dr. Eusebio Hernández, escribe desde Tegucigalpa, Honduras, a Antonio Maceo y refiriéndose a Flor Crombet expresa:
“Flor (Crombet, dg) vive conmigo (…) Es un joven con grandes esperanzas. Se ha ilustrado mucho. Hoy luce su talento con indudable mérito. Sabe bien inglés y francés. Conoce historia; el movimiento político europeo muy regularmente, y sobre todo en la cuestión de Cuba, procede con mucho juicio y desinterés”.
Y a continuación escribe:
“Es discreto, fino observador, de conducta inmejorable. No habla sino con oportunidad y procurando no cansar. Es buen amigo y el entero patriota de siempre. La inflexibilidad de sus principios se nota en la madurez de sus juicios, y en la meditación de sus actos todos. Tiene mucho trato social, talento de las cosas y aprecio para los hombres. Respetuoso, aun con sus subalternos”.
Rango por rango…
Desde que juró como soldado raso servir al Ejército Libertador cubano se involucró en diversos combates, demostrando disciplina, valentía y capacidad de dirección, ganando sus escalafones militares por acciones probadas hasta llegar a Mayor General.
Desembarcó junto a Maceo por “Duaba” el 1º de abril de 1895, poco antes de la llegada de José Martí y Máximo Gómez, integrantes de aquella mano de héroes que en 11 de abril arribó a la costa de Playita de Playita de Cajobabo, territorio de Guantánamo, procedente de la República Dominicana (o Santo Domingo, como solían denominar los cubanos a nuestro país durante el siglo XIX).
Participó en las tres etapas de la Guerra de Independencia de Cuba: la Guerra de los Diez Años (1868-1878), la Guerra Chiquita (1879-1880) y la Guerra Necesaria (1895-1898), así como en diversas fases conspirativas que se organizaron en los momentos históricos de la vida insurreccional contra el poder colonial español.
Del acreditado historiador cubano Raúl Rodríguez La O son estas palabras:
“Se incorporó a la guerra de 1868 a los pocos días del estallido revolucionario de la Demajagua. Combatió bajo las órdenes de Máximo Gómez, Antonio Maceo y Calixto García. Mantuvo una actitud ejemplar durante toda la contienda y cuando se produjo el Pacto del Zanjón en febrero de 1878, fue uno de los que junto al general Antonio Maceo participó en la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de ese mismo año. (…) Convertido por las circunstancias en emigrado político, no dejó de luchar por la independencia de Cuba.”
Rumbo inmortal
Flor Crombet partió de Puerto Limón, Costa Rica, el 25 de marzo de 1895, en el vapor “Adirondack”, al frente de 22 expedicionarios, entre los cuales se encontraban los hermanos Antonio y José Maceo. Después de hacer escala en Kingston, Jamaica, se dirigieron a la isla Fortuna, en las Bahamas, donde abordaron la goleta Honor.
Navegaban hacia Cuba dotados de pocos pertrechos militares, entre los cuales se encontraban tan sólo 11 rifles y revólveres, así como machetes para los 23 expedicionarios y una escasa provisión de alimentos.
El autor del presente artículo, mientras desempeñaba funciones en Cuba como Embajador de la República Dominicana, estuvo en el lugar en que se produjo el desembarco de Flor Crombet en la goleta Honor, procediendo a tomar una foto de la zona geográfica del río Duaba, guiado por los señalamientos de un historiador de la zona.
Al llegar al Alto de Palmarito (lugar llamado Camino Francés) se anunció tropa española a vanguardia integrada por los denominados Indios de Yateras. El enemigo abrió fuego, cayendo muertos y heridos varios de los expedicionarios, a la vez que varios fueron hechos prisioneros.
El 10 de abril de 1895, a la edad de 44 años Crombet recibió un disparo en la cabeza mientras combatía a la defensiva en Alto de Palmarito, Baracoa. Fue enterrado en el cafetal Felicidad de Yateras.
Honor y gloria
A pesar del lamentable fallecimiento del Mayor General Flor Crombet aquél fatídico 10 de abril de 1895, el desembarco impulsó el fervor patriótico de la Guerra Necesaria en vísperas de la llegada de José Martí y Máximo Gómez en lucha decidida por la patria libre del dominio colonial español.
Cuatro décadas después de aquél triste episodio de la guerra de independencia cubana se erigió un monumento en honor al gallardo jefe mambí en cuya base está escrito lo siguiente: “Aquí cayó el General Flor Crombet, valiente entre los valientes, el 10 de abril de 1895, la patria adolorida por siempre llora su desaparición y el pueblo yaterano le eleva esta humilde ofrenda”.
Bibliografía
‣https://www.tiempo21.cu/2014/12/12/flor-crombet-insigne-patriota-cubano/
‣ En el libro “Dos conferencias históricas por el Gral. Eusebio Hernández Pérez” coordinado por Miguel Ángel Carbonell y publicado por la Editora Cultural, S.A. 1936 (?), Habana, pp.12-13, se encuentra una carta escrita por el Eusebio Hernández al General José Antonio Maceo desde Tegucigalpa, Honduras, el 3 de noviembre de 1882 y que originalmente figura en “Epistolario de Héroes” recopilado por Gonzalo Cabrales en 1922, se encuentran interesantes criterios sobre Flor Crombet expuestos por Eusebio Hernández:
‣ Ver Guerrero, Daniel: “Máximo Gómez en tiempo presente”, Editora Universitaria, UASD, Santo Domingo, 2004. p.203. Integrantes de la mano de valientes: José Martí, Máximo Gómez, Ángel Guerra, Francisco Borrero (Paquito), César Salas y el dominicano Marcos del Rosario, integrantes de esa mano de valientes.
‣http://www.cubadebate.cu/opinion/2015/04/01/reflexiones-en-honor-al-general-flor-crombet/#.Xoo7inLB_IV
‣ Geraldo Castellanos G. en su “Panorama histórico. Ensayo de cronología cubano” publicado en 1934 por la editora UCAR, García y Cia, Teniente Rey 9,, Habana, pp.1669.
Había llegado con Maceo el 1º (de abril, dg) de este mismo año (1895, dg). Era un culto y valiente veterano del 68, conspirador tesonero en todas las revueltas contra España. – Dispersos los expedicionarios en La Alegría, Antonio Maceo siguió con un grupo, otro con Cebreco y un tercero con Flor que iba acompañado con José Maceo, Juan Fustiel, Joaquín Sánchez, conocido como Peñaló, Isidoro Noriega y Tomás Julio Sainz. Fustiel señaló la conveniencia de internarse en el monte; pero José Maceo se negó, prefiriendo los francos caminos. Al llegar al Alto de Palmareto (lugar llamado Camino Francés) Fustiel anuncio tropa española a vanguardia; eran los terribles Indios de Yateras.
‣‣https://www.ecured.cu/Obelisco_a_Flor_Crombet